Artículo invitado de Alex Hillman de Indyhall en Philadelphia, EEUU:
Sin embargo, vengo advirtiendo que los valores centrales del coworking no están ni siquiera en el punto de mira de la mayoría de los nuevos espacios que se están abriendo alrededor del globo, por lo que tengo la esperanza de que empleando algo de tiempo para hablar de cada uno de ellos, tengan algo de visibilidad y sean considerados como un elemento importante para mantener el movimiento activo, y no solo como una moda pasajera.
1. Comunidad
Creo que la comunidad es mi valor fundamental favorito, y quizá uno de los más incomprendidos o dado por hecho. Es fácil equivocarse sobre la idea de comunidad. Incluso los expertos en el campo de la sociología no se ponen de acuerdo en una definición, Wikipedia menciona que en 1950 ya había casi 100 “definiciones distintas”.
Es la gente
En el contexto del coworking, sin embargo, creo que enfocarse en la comunidad significa poner énfasis en la gente, sus interacciones, y las relaciones que forman, sobre cualquier otra cosa. En Indy Hall,cada decisión que tomamostiene en cuenta a sus miembros y las oportunidades que se crean para interactuar entre ellos.
Nosotros > Yo
Organizamos eventos que animan a la gente a que exploren los intereses de los demás dentro y fuera del trabajo. “Show and Tell”, “Lunch & Learns”, y “Happy Hours” proporcionan una gama de oportunidades tanto formales como informales para dejar un rato la mesa de trabajo y conocer a un compañero.
Compartimos rituales y experiencias que permiten a los nuevos miembros unirse a la tribu y desarrollar la camaradería.
Compartimos nuestros sitios favoritos para pasar un rato fuera del espacio de coworking con el resto de la gente, para que puedan encontrarse fácilmente por sí mismos.
Acudimos y apoyamos otros eventos e iniciativas en conjunto, tanto mejorándolos con la sensación de “compañerismo”, como mostrando a los no iniciados que el “compañerismo” es accesible a ellos.
Aprendemos, compartimos, crecemos, jugamos, experimentamos, celebramos juntos. Y también nos compadecemos y nos consolamos los unos a los otros.
El espacio de coworking es una herramienta.
Un espacio de coworking es solo eso –un espacio. No es una comunidad hasta que no hay gente en él. Geoff y yo escribimos sobre coworking como un “club”, y creo que esta palabra es más apropiada como descripción que “oficina” para casi todos los mejores espacios de coworking del mundo. Pero es importante recordar que, para que un “club” sea útil, un club –una comunidad-necesita un hogar.
Esa es la razón por la que hago hincapié en “la comunidad primero”, no solo como un modelo mental (como “considera primero la comunidad”), sino como un orden para las operaciones. ¿Puede formarse una comunidad porque existe un espacio de coworking? Absolutamente. Pero lleva tiempo, y por tanto un soporte financiero para lo que puede ser una cantidad indeterminada de tiempo.
La comunidad no es tuya, tú perteneces a la comunidad
Es ese sentimiento natural de pertenencia el que lleva a la gente a los espacios de coworking, más que otra cosa. Pero creo que, como propietario de un espacio de coworking, es importante recordar que no eres el propietario de la comunidad de coworking. Creo que la mejor forma de relacionarse de un propietario de un espacio de coworking es pertenecer a la comunidad que habita el espacio. Esa conexión es auténtica, y por tanto, general más relaciones auténticas en el espacio. No tienes por qué ser un líder de la comunidad, pero deberías estar preparado para ser un miembro activo de ella.
De hecho, le comentaba a un amigo esta mañana que me encanta poder ir a Indy Hall como miembro, mucho más de lo que gusta ir a Indy Hall como propietario. Lo que se olvida a menudo es que los propietarios de los espacios de coworking pueden obtener los mismos beneficios del coworking que el resto de los miembros, debido sobre todo a que ellos son, de hecho (o deberían ser), miembros.
Comunidades de confianza
Un buen primer paso para comenzar con la comunidad es que haya gente próxima entre sí, pero como comenté, la comunidad no ocurre realmente hasta que la gente interactúa. Hemos encontrado que la formación de una relación es el evento inicial que transforma un grupo de personas en una “comunidad”.
Si las relaciones entre los miembros del espacio de coworking son los tendones, la confianza es el músculo que hace que una comunidad de coworking sea fuerte y saludable.
Empezamos por confiar en nuestros miembros, sabiendo que establece un escenario donde la confianza es una clave para ser parte de la comunidad. Cuando comienzas una relación con los coworkers en la que no confías en ellos, no puedes esperar que ellos confíen en ti.
No hay dos comunidades iguales
El lema original de Indy Hall era “así es como se hace coworking en Filadelfia”, y seguimos fieles y leales a esta afirmación. No queríamos ser un clon de CitizenSpace en Filadelfia, miramos a nuestro alrededor y nos tomamos el tiempo necesario para entender a las comunidades que ya existían, cómo eran esas personas, y de qué manera podría funcionar un espacio de coworking adaptado a la ciudad.
No se me ocurriría animar a nadie a crear una réplica de Indy Hall, tampoco parece que sea realmente replicable. En su lugar, animo a la gente a que aprenda de las lecciones que aprendimos, a compartir algunas de nuestras ideas, pero interpretarlas para que encajen con su comunidad.
Personalmente creo que lo más increíble es que las comunidades, como las personas, tengan personalidad. Aplastar esa personalidad es un desperdicio –en su lugar, abrázala. Poséela. Vívela. Te encantará.
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Los valores centrales del Coworking:
Comunidad - Accesibilidad - Apertura - Sostenibilidad - Colaboración