La quiebra ya no fue una sorpresa. WeWork dejó de pagar intereses a principios de octubre. También dejó de pagar el alquiler de algunos locales. En un principio, la empresa dijo que lo hacía para mejorar su posición negociadora. Aun así, las alarmas sonaban entre los accionistas. El último plazo para los acreedores venció esta semana sin que se produjera ningún pago. Ahora WeWork es insolvente.
WeWork busca un nuevo comienzo a través del Capítulo 11
WeWork decidió no solicitar la liquidación. En cambio, se acogió al Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos. Este paso no significa necesariamente el fin de WeWork, pero se toma con la esperanza de que siga existiendo. Además, muchas empresas de WeWork fuera de EE. UU. aún no se han visto afectadas.
Si el tribunal de quiebras aprueba la presentación, WeWork podrá continuar sus operaciones cotidianas con empleados y clientes al tiempo que se libera de las obligaciones heredadas. Por ejemplo, el Capítulo 11 permite convertir la deuda y los pagos de intereses en acciones de la empresa o la rescisión inmediata de contratos de arrendamiento onerosos.
Este planteamiento no sólo ofrece a WeWork la posibilidad de crear un modelo de negocio rentable. Tras la reestructuración, podría incluso continuar su actividad con una ventaja competitiva sobre otros espacios de coworking.
¿Permite el modelo de negocio que WeWork continúe, como muchos analistas han dudado durante años?
La respuesta a por qué WeWork quebró es sencilla. Los gastos superaron a los ingresos. WeWork carecía de efectivo para cubrir el déficit de financiación. Y la empresa no pudo conseguir un nuevo préstamo. Sin embargo, un análisis más detallado daría mejores respuestas a la pregunta.
Como muchas startups de alto crecimiento, WeWork se construyó no sobre uno, sino al menos sobre dos modelos de negocio. Ambos modelos podían alimentarse y destruirse mutuamente.
Un modelo de negocio consistía en captar clientes en el "mercado de consumo", en este caso, el mercado de los espacios de coworking. El otro modelo de negocio se dirigía a los clientes del mercado financiero, como un catalizador. Estos clientes permitirían un crecimiento rápido y, posteriormente, la rentabilidad para los accionistas.
Los informes de la empresa sugieren que sólo el modelo de impulsor del mercado financiero ha implosionado. Pero las cosas van mucho mejor para WeWork en el propio mercado de espacios de coworking.